lunes, 30 de abril de 2007

Dersu Uzala. Una historia de amistad eterna

He de reconocer que no soy un cinéfilo. De hecho, conozco a mucha gente que sabe más que yo del llamado séptimo arte. Tampoco es que haya visto pocas películas, pero tengo lagunas cinematográficas que harían palidecer al más curtido fan del mundo del cine. Ciudadano Kane o Casablanca son dos clarísimos ejemplos. El primer caso lo pienso remediar pronto, y el segundo espero que no tarde mucho más en solucionarse. Pese a ello, y pese a mis obvias limitaciones, de vez en cuando me apetece comentar alguna película, no de la forma objetiva y profesional con la que un crítico encararía el asunto, sino desde otro punto de vista más subjetivo, exponiendo brevemente las sensaciones que me produjo la visualización de dicha película. Algo más de andar por casa. Sin tecnicismos, vamos. Y, por supuesto, contando lo justo sobre la trama (no sería la primera vez que leo una sinopsis o crítica que te cuenta el final de la película con pelos y señales).

Si alguien se dignase a mirar mi Top 10 de películas podría comprobar muchas cosas, pero la primera en llamarle la atención sería, probablemente, la de encontrarse con Dersu Uzala en la primera posición. Si no estoy muy equivocado, muchos no sabrán qué película es exactamente. Otra cosa a tener en cuenta, es el predominio considerable del genio Akira Kurosawa en la lista. Concretamente, Los Siete Samurais, Ran... y sí, Dersu Uzala. Por lo tanto, podéis imaginaros que tengo una cierta devoción y predilección por el cine del maestro nipón.

Dersu Uzala es una película que narra las aventuras del teniente soviético Vladimir Arseniev, un explorador que se dedicó a viajar por las tierras más inhóspitas de Siberia. Durante uno de esos viajes conoció al que será protagonista de la historia: Dersu Uzala, un cazador que vivía por aquellas despobladas tierras y que actuó como guía para Arseniev y sus subordinados. Es entonces cuando la vida del explorador ruso da un giro radical, comenzando así la que sería una hermosa amistad con el cazador siberiano. Dersu Uzala, durante la película, demuestra su gran sabiduría y sus inmensos conocimientos relacionados con la naturaleza, sólo posibles gracias a una convivencia de muchas décadas en ella. El bueno de Dersu le enseña al teniente y a sus compañeros a sobrevivir en la naturaleza y, principalmente, a respetarla. A amarla. Pero además de eso, Dersu Uzala es una historia de una amistad; de una amistad sólida y sin fisuras entre dos personas que son tan dispares como el día y la noche. Una amistad que les permitirá sobreponerse a todos los obstáculos durante su expedición por la taiga siberiana, y que se hará cada vez más fuerte según vaya pasando el tiempo.

La labor de Kurosawa en la dirección es, desde mi punto de vista, impecable. A esta película podría aplicársele la frase de vale más una imagen que mil palabras. Durante muchos minutos el silencio es la nota predominante, haciendo que nuestra atención se centre en la maravillosa interpretación de los actores y en los magníficos planos realizados por Kurosawa (un genio en estas lides). Alguno podría pensar que la escasez de diálogos en algunas escenas puede afectar negativamente al desarrollo de la historia, pero es más bien al contrario: te mantendrás pegado al televisor, sin apartar la mirada siquiera un instante. Y es que a Kurosawa no le es necesario abusar de los diálogos. El director japonés es un artista a la hora de expresar sentimientos y emociones mediante imágenes, haciendo que la inclusión de voces sea innecesaria e incluso, en ocasiones, inoportuna. Si a ello le añadimos las soberbias actuaciones de los protagonistas, cabe decir que el resultado es inmejorable.

Como anécdota final, hay que resaltar que la historia no es ficticia. Los guionistas se basaron en el libro que escribió el propio Arseniev tiempo después de la muerte de Dersu, el cual además fue un éxito de ventas en la extinta Unión Soviética.

Resumiendo. Os aconsejo encarecidamente que veáis esta película. Es posible que no os guste, pero realmente vale la pena intentarlo. Es una película de una belleza inigualable, con una dirección sublime por parte de Kurosawa-sama y unas actuaciones espléndidas de Maksin Munzuk (Dersu Uzala) y Yuri Solomin (Arseniev). Una tierna historia de amistad entre dos hombres que nos hará replantearnos muchísimas cosas. No os la debéis perder por nada del mundo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Voy a ver si tengo una copia de seguridad guardada en la burrita...