
Sin embargo, esta vez va a ser la verdadera. Siempre he deseado hablar de la saga más prolífica de la era moderna de los videojuegos y, lo que es más importante, mi saga de videojuegos preferida. Una serie que me ha acompañado desde que, hará 11 años –Diciembre de 1997-, me comprara un juego desconocido y extraño que recibía el nombre de “Final Fantasy VII”. Un juego que adquirí sin saber exactamente qué era lo que me llevaba a casa; simplemente buscando un mero sustituto, un divertimento pasajero que llenase mi enorme apetito tras el vacío que me había dejado el fin de la Época Dorada de las Aventuras Gráficas. Cabe decir que fue eso y mucho más, sin duda.
A continuación os atormentaré con mis (no tan) breves opiniones acerca de los juegos que conforman dicha serie. Quizás no os interese en demasía, pero siempre se aprende algo con estas cosas y, qué leches, puede que os entre el gusanillo y le deis una oportunidad a alguno de los juegos. No hace falta que os lo leáis del tirón –si es que llegáis a leerlo-, pues sé con certeza que no compartís con tanto ímpetu el interés que yo tengo por tan gloriosa serie. Dividiré el macro-artículo por entradas, ya que es algo extenso y lo veo algo bestia el colocarlo todo en una sola actualización.
Pues nada, acomódense señores. El espectáculo está apunto de comenzar.
Final Fantasy I: La primera última fantasía.

Por suerte para ellos, sin embargo, el juego fue un rotundo éxito. La empresa pudo continuar en el mundo de los videojuegos, haciendo de Final Fantasy el buque insignia de la compañía y permitiendo que pasara de ser una empresa modesta en la época a convertirse en unas de las más importantes del panorama actual.
Por otra parte, el juego en sí era verdaderamente revolucionario. Se convirtió en un juego pionero, marcando época y fundando el que, más adelante, se llamaría género de los RPG’s. Crearía un formato que se copiaría continuamente años después –y no sólo por las secuelas del propio juego-. Su principal distintivo fue el de los llamados “combates por turnos”, un sistema de batalla basado principalmente en el uso de comandos y dando más importancia a la estrategia, en detrimento de la acción y habilidad más habitual en otros juegos como el Zelda –los llamados Action RPG’s-.

Al final, los chicos de SQUARE se dieron cuenta de lo que habían creado. Con este juego, supieron que se habían labrado un futuro dorado y lleno de éxitos. No sólo crearon un juego que les salvaría de la quema. También crearon un estilo nuevo, renovando el género de los juegos de rol. Sabían que el repetir esta fórmula les permitiría avanzar y avanzar hasta llegar a lo más alto del mundo videojueguil. Lo tenían todo para triunfar. Y, desde luego, no se equivocaron.
Final Fantasy II y III: Preludio de las verdaderas odiseas.

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