jueves, 29 de mayo de 2008

Jornada Temática (Parte II): BUSCANDO UNA NUEVA FANTASÍA

Final Fantasy IV: El comienzo de la época dorada.


No sería hasta la llegada de la SNES, sin embargo, que la serie empezara a convertirse en un verdadero fenómeno de masas –al menos en Japón y América-. Para esta consola aparecerían la cuarta, quinta y sexta entrega de la serie, las cuales se encuentran entre los favoritos de muchos fans de la franquicia.

En esta cuarta entrega, encontramos un Final Fantasy mucho más complejo, largo y difícil que los anteriores, con un mayor número de personajes (el que más personajes manejables posee si no contamos la sexta entrega) y una mejora ostensible en el resto de apartados técnicos del juego. Los gráficos, aún algo arcaicos para la SNES, sí fueron superiores a los de sus anteriores versiones, y la música de Nobuo Uematsu tuvo una ligera renovación, añadiéndole a sus canciones un toque celta que se puede notar principalmente en su tema principal llamado Celtic moon, además de otras canciones de gran nivel como Theme of Love.

Pero lo que hizo que esta entrega triunfase y que, hoy día, mucha gente haga de él su Final Fantasy favorito fue su historia. Fue el primer Final Fantasy que, realmente, pueda ser llamado como tal. Esos giros argumentales, esas intrigas, traiciones, drama, amor y comedia, todo ello acompañado por personajes complejos que están a la altura de tan exigente guión en todo momento. En definitiva, por primera vez (pero no última) la historia del sería la principal protagonista del juego, relegando a un segundo plano al resto de aspectos del videojuego. Esto se perdería en parte en la quinta entrega, pero en la sexta entrega esta cualidad volvería a estar presente, y a un nivel nunca visto en ningún juego de consola con anterioridad.

Así pues, con esta entrega empieza la época dorada de los Final Fantasy, donde las verdaderas características de la saga salen a la luz para satisfacción de todos los poseedores de la consola de 16 bits de Nintendo.



Final Fantasy V: Epopeya maravillosa pero atípica.


Pasa el tiempo y el número de fantasías finales va aumentando, ganando en calidad, prestigio y aficionados. Sin embargo, esta quinta entrega tuvo algunos problemas a la hora de versionarlo, por lo cual no fue exportado a América como sí ocurriera con la cuarta o con las siguientes secuelas.

Este Final Fantasy, en el que manejamos únicamente a cinco personajes, fue criticado por tener una trama algo más corta que en la anterior versión, pero aún así tuvo buenas críticas y, por lo general, agradó a la mayoría de fans de la saga. Lo que sí tuvo un rotundo éxito fue el sistema de combates, en mi opinión el mejor de todos los juegos que han salido hasta ahora, y que se caracterizaba por el llamado “sistema de trabajos”. Gracias a este sistema, cada personaje podía ser en cualquier momento mago, guerrero, paladín, ninja, samurai,... y así hasta más de veinte profesiones. El hecho de hacer un trabajo determinado, implicaba que aumentara la afinidad de ese personaje con dicho oficio,lo que permitía desbloquear nuevas características, ataques o magias. Esto hacía que pudieses moldear tu personaje casi a tu antojo, haciendo que una batalla imposible se convirtiera en algo sencillo si entrenabas de nuevo a tus personajes.

Aún así, este juego fue considerado uno de los más difíciles de la saga junto con la cuarta entrega (aunque para mí el cinco es todavía más difícil), y tiene el curioso honor de poseer el malo final más complejo de derrotar de toda la serie. Además, también tuvo otro añadido que sería incluido en el resto de versiones que aparecerían en un futuro, y es el de la inclusión de monstruos poderosos pero que no es necesario derrotar para poder terminar el juego (las armas, omegas, etc, de los juegos posteriores).

Un gran juego, digno de la saga, pero que debido a su trama ligeramente más corta a su predecesora, no fue tan valorada como ésta.

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