Y por fin llegamos al momento crítico, a los juegos que han dado verdadero significado al término “Final Fantasy”. Aquellos que han revolucionado totalmente el mundo de los RPG’s, convirtiéndolo por fin en un género mayoritario fuera de Japón y permitiendo a SQUARE triunfar más allá de las fronteras niponas. La sexta y, sobretodo, séptima entrega rompieron todos los esquemas habidos y por haber, entrando en el top de los mejores juegos de la historia y siendo alabados y adorados por millones de jugadores en todos los rincones del mundo.
Nada más comenzar este juego, uno se da cuenta de un par de cosas: primero, que promete tener una de las mejores Bandas Sonoras oídas jamás en un videojuego. Y no es para nada exagerado. Pese al sonido de baja calidad de
Pero el verdadero logro de
También nos damos cuenta de otra cosa al principio del juego: la ambientación es diferente. En contraposición a la ambientación fantástico-medieval de los anteriores juegos, en este caso en la pantalla se ve reflejada una especie de “Revolución Industrial”, semejante a la ocurrida en el siglo XIX.
El guión es sencillamente impecable. Pese a que la trama de la cuarta entrega era ya de por sí soberbia, el guión que nos depara el capítulo sexto de la serie deja en paños menores a sus antecesoras. Argumento envolvente y adulto, plagado de escenas memorables –no sólo la de la ópera, hay muchas más-, y que no dejará insatisfecho a nadie. Una verdadera delicia que sólo será superada por la siguiente entrega de la serie, y que no volverá a ser alcanzada –en mi opinión-, por ningún otro capítulo.
Comienza la historia hablando sobre
Hay que reincidir en el tema de los personajes, pues este juego posee la gama más amplia de personajes manejables de todos los juegos de la saga –contando con algún personaje que se maneja durante un corto espacio de tiempo-. Además, mientras que en el Final Fantasy anterior cada personaje podía tener la profesión que tú eligieras, en este caso cada personaje viene predefinido por una sola y posee unas técnicas y magias particulares. Esto es algo que ya ocurrió en el capítulo cuarto de la serie. Profundizando más en el tema, hay que decir que pese a la ingente cantidad de personajes, no por ello están menos trabajados y cuidados que en versiones anteriores. Para nada. De hecho, es loable el nivel de definición de estos, mostrando la enorme capacidad de los guionistas para crear personajes creíbles, profundos y complejos.
Sobre el “malo” final no hay mucho que decir. Kefka es un subalterno del Emperador Gestahl y, para resumir, diremos que está totalmente loco. De hecho, no recuerdo un enemigo más odioso que este. Pueril, cobarde, rastrero y vil son términos que lo definen perfectamente, haciendo de él un bufón trastornado con ambiciones de poder inmensas y que no se frenará ante nada, realizando lo que esté en sus manos para cumplir con sus objetivos por inmoral que esto sea –y se comprueba con creces durante el juego-. Comparándolo con Sephiroth, el otro personaje malvado por excelencia de los Final Fantasy –del FF7 concretamente-, el resultado no podría ser más dispar. Mientras que Sephiroth es carismático, poderoso y admirado por todos, Kefka es odioso, cobarde y despreciado por la gente. Aun así, está a la altura de las expectativas y el hecho de poder derrotarlo es un acicate enorme para seguir con la aventura y no dejarlo hasta que se haya finalizado el juego.
Concluyendo, el Final Fantasy VI es un auténtico juegazo. Enorme, intenso y entrañable como pocos. Valorado como el mejor juego de la historia de la SNES para muchas revistas especializadas, junto con el no menos genial Chrono Trigger. Para bastantes fans, es el mejor juego de la saga. Y lo comprendo perfectamente, porque aunque para mí se halla en un honroso segundo puesto –el primero es el 7-, he de decir que entiendo porqué la gente escoge a esta como su fantasía predilecta. Sincerándome conmigo mismo, es probable que si yo mismo hubiese descubierto la saga a través de esta entrega, hubiesen cambiado mucho las tornas. Pero el caso es que todo ocurrió así, y este hecho no se puede cambiar. El Final Fantasy VI es una auténtica maravilla, de una belleza prístina, genuina, y que probablemente se encontraría en la cumbre de la serie a nivel de calidad si no fuera porque, tres años después, saldría otro capítulo de la saga que haría temblar los cimientos del mundo de los videojuegos con su mera aparición.
4 comentarios:
men hay una cosa que no entiendo:
porque mierdas llaman al final fantasy VI final fantasy III?????
EL Final Fantasy I salió tanto en Japón como en USA, por lo que recibió el nombre de FFI en ambos lugares. En cambio, tanto el Final Fantasy 2 como el 3 sólo salieron en Japón. El Final Fantasy 4 saldría de nuevo en Japón y USA, solo que para seguir la numeración, decidieron llamarlo FFIV en Japón y FFII en USA.
Después, el Final Fantasy V no traspasó las fronteras de Japón, por lo que tampoco tendría su versión en USA. Así pues, llegamos hasta el Final Fantasy VI, el cual volvería a salir tanto en Japón como en América, por lo que siguiendo la cuenta, sería el FFVI en Japón y el FFIII en América. ¿Un lío verdad?
Resumiendo:
Japón ----- América
FFI ----- FFI
FFII ----- No salió
FFIII ----- No salió
FFIV ----- FFII
FFV ----- No salió
FFVI ----- FFIII
FFVII ----- FFVII (a partir de aquí todo sigue con normalidad)
Bueno, aclaración: el FFV sí salió en América, solo que lo hizo DESPUÉS del VI, cuando ya se tomaba el mismo título para ambas versiones.
aaaaaam todo aclarado
estoy jugando al VI ahora y tiene muy buena pinta, ya te contare
Pues dale ahí jefe, que es un juegazo. :D
Espero que te diviertas.
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